Un trabajador golondrina de 37 años, detenido por el crimen de Brenda Arnoletto (24) en Pozo del Molle, confesó haber sido el autor del hecho al declarar ante el fiscal.
“Me mandé un cagadón” es la frase con la que el acusado, Emanuel Eraclio Retamar, inició el relato de cómo acabó con la vida de la joven el lunes a la noche. Previamente, al prestar declaración, había incurrido en una serie de contradicciones que pusieron en alerta a los pesquisas.
Retamar, un peón rural oriundo de Santa Fe con antecedentes por delitos sexuales, quedó imputado por el femicidio de Brenda, ocurrido entre la medianoche del lunes y los primeros minutos del martes, según reveló el informe forense.
El detenido estaba viviendo hace un tiempo en el campo donde se desempeñaba como tambero, ubicado entre Pozo del Molle y Las Varillas, sobre ruta 158. Ayer allanaron ese lugar y secuestraron elementos valiosos para la instrucción de la causa.
Nervioso en la Terminal de Ómnibus
Retamar había sido visto nervioso y apurado en la Terminal de Ómnibus de Pozo del Molle. Una testigo aportó ese dato a los investigadores, entre tantos otros que llegaron con los múltiples testimonios recabados en las primeras 24 horas. La hora en que lo habían visto coincidía con la de la muerte de la chica.
“Dijo que perdió el colectivo y que se tenía que ir a hacer el tambo. Y le pidió a un camionero que lo llevara”, expresó el fiscal de Villa María, René Bosio.
El hombre fue citado como testigo, y el propio fiscal junto a un secretario viajaron para entrevistarlo. En el interrogatorio, el trabajador rural comenzó a contradecirse.
Primero negó haber estado en el pueblo, y se le hizo saber que lo habían visto en la Terminal. Lo asintió, pero dijo que se retiró a las 22.30 en colectivo, y le recordaron el testimonio del camionero que lo trasladó hacia el campo.
Confesión
Tras las requisitorias, con nerviosismo se vio acorralado, empezó a tartamudear y dijo: “Sí, yo estaba en el ‘carribar’, la vi a la chica pasar y la seguí”; y después bajó la mirada y reconoció: “Le pegué un empujón, y me mandé un cagadón”.
Ante esa confesión, para garantizar el derecho de defensa, el fiscal Bosio interrumpió de inmediato el relato del hombre, quien pasó a ser el único sospechoso en el caso.
Horas después, el magistrado encuadró el caso bajo la figura de femicidio: “Acá hay una clara violencia de género, es categórico”, precisó.
Además, ordenó un allanamiento donde el hombre estaba viviendo, y expresó: “Ya sabemos que anoche (por el martes) lavó ropa, y tenemos elementos secuestrados”.
Ayer durante todo el día se trabajó en los oficios para dejar en manos de la Policía Científica la continuidad de las pericias: “Necesitamos una revisión médica y una inspección de sus partes íntimas”.
“Es una sospecha importante, pero quiero ser muy prudente, queremos ser objetivos y queremos lograr que los gabinetes científicos logren extraer semen, uña, pelo o elemento genético para luego poder comparar”, remarcó Bosio.
Por último, adelantó: “En principio, por las características de buena contextura, sería esta persona sola, sin la participación de nadie más. Habló siempre en primera persona”.
INFO: PUNTAL RIO CUARTO
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(2594) Córdoba - Argentina
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